Querida Viviana (carta abierta a la Gibelli) (II)

NOTA: Si comienzas a leer y no le encuentras sentido, es porque la carta empezó acá

Ahora bien, el tener el remoquete de “la animadora más querida de Venezuela” también ha tenido su cosa mala, y eso lo sabes tu mejor que yo, ya que pareciera haber una relación de proporcionalidad directa entre el querer del público, y el interés en tu vida –pública y privada-. Litros de tinta vertidos en metros de páginas rosa han gastado distintos chismosos y periodistas, en reseñar tus venturas y desventuras, así como en criticar los vestidos, peinados, operaciones, kilos –de más y de menos-, cms de busto, de cadera, de esto y de lo otro. Tampoco tu familia ha salido exenta de esto, y por lo desagradable que debe ser para ti recordarlo, prefiero no ahondar en ese asunto.

Ha sido fuerte el acoso de la prensa, y eso sin duda te ha afectado. No te culpo, más bien te considero, porque eso de tener que soportar las miradas de cientos de personas por doquier, y además ver ventilada y criticada tu vida en la prensa, no es ni fácil ni bonito. Especulando irresponsablemente como a veces suelo hacer, me atrevo a decir que ese es el motivo por el cual te metiste en esa extraña tecnología –como prefieren ellos que se les defina- tan de moda entre los famosos, llamada Kabbalah. Aunque dudo mucho que te importe, hago de tu conocimiento que no comparto nada de esa creencia, como no compartiría nada en lo que estuviera metida Madonna, ¿pero sabes qué?, si eso te ha permitido encontrar la paz que la TV y la fama te han quitado, bienvenida sea.

Tu vida sentimental también ha estado plagada de amores y desamores, encantos y desencantos, y rumores mal intencionados. Si la memoria no me falla las dos relaciones más famosas fueron con Luís José Santander y Jean Carlo Simancas. Recuerdo haberte visto con el primero en una famosa pizzería de Paseo Las Mercedes, en aquella época cuando ese Centro Comercial era lo más in de los más in, y tu y el catire conformaban la pareja mas pava del momento, porque eran los jovencitos bonitos y famosos de la TV. Teniendo todo para serlo, no los vi pretenciosos ni con los humos arriba, más bien los vi tratando de pasar desapercibidos, cosa que en esa Venezuela chismosa de antes, y en ese centro comercial, era cuando menos imposible, aunque es justo reconocer que todos se comportaron a la altura, y salvo alguna mirada indiscreta, no creo que nada los incomodara.

Vino también Jean Carlos Simancas. El olfato de vieja reportera de farándula me dice que aparte de los buenos recuerdos, el te dejó un gran aprendizaje: como vivir con la prensa de farándula. Claro, siendo el un hombre tan acosado y asediado por el chismorreo de estos predios, y me atrevo a decir más, siendo el hombre más perseguido y hostigado por la prensa venezolana sin duda ha aprendió a vivir con ello y manejarlo. Bonito ver una relación que deja una huella indeleble y perdurable en el tiempo, como lo es el crecimiento personal. Sin duda lo debes querer mucho, pero eso no es asunto mío,

Hubo un rumor muy feo que me imagino todavía te debe molestar mucho, pero que lo traigo a colación para hacerte justicia y desmentirlo. Comenzó a correr como pólvora en el año 2002, época de polarización exacerbada y hechos de muy ingratos recuerdo para los venezolanos, donde la mejor forma de destruir a alguien era relacionándolo con el gobierno, y eso precisamente hicieron contigo. Para ser más específica te relacionaron –sentimental y clandestinamente- con el jefe “mesmo”, el Presidente Chávez. ¡Vaya calumnia! No se quien puso a rodar la especie, pero te puedo asegurar que era alguien que no te quería nadita, y que además no te conocía ni un poquito. ¿Viviana Gibelli la hija de una cubana exiliada de su tierra, amante de Hugo Chávez, la uña-y-mugre de Fidel Castro? ¡Por Dios!

(continuará...)

NOTA: Si terminaste de leer y sigues sin encontrarle sentido, espera las futuras entregas.

PDTA: Como en el muy comentado post anterior vi expresiones censurables y ofensivas, le agradezco a los lectores que sean respetuosos, que moderen su vocabulario, y que la bajeza y el insulto lo dejen a un lado...y a mis amigos de el siglo, yo más que nadie se todo lo que sienten por Tulio, pero el ya será tema de futuras entregas en esta carta, entonces mejor guarden los comentarios relacionados con el para las futuras entregas donde se podrán dar banquete...yo que se los digo.

Un par de datitos sobre el escandaloso caso del Mr. Handsome

¿QUEDARÁ PARA SIEMPRE LA DUDA SI ALLÍ HUBO MÁS QUE UNA AÑEJA, PROFUNDA Y BELLA AMISTAD O ALGÚN DÍA SABREMOS TODA LA VERDAD?

Y ya que ando bien pegadita –con cola blanca Elefante y todo- con l@s niñ@s de CotilleoMundano en el caso del Mr. Handsome me he encontrado en el archivo del diario La Voz con una perlita bien interesante de la edición 2005, ya que cual dicen los profesores de historia: conociendo el pasado, podremos entender nuestro presente. Resulta que en la edición del domingo 11 de Septiembre de 2005 de La Voz, en la columna de chismes políticos Desde Mi Trinchera –ojo que no fue ¡Muerde Aquí! ni está metida la mano de Kapeki- escrita por Helga Tillo publicaron la siguiente información:

Desde mi trinchera
11/09/2005
"MACHOS"... ¡PERO NO MUCHO!
La "Negra Candela", siempre de lo más entrépita, se coleó en la reciente elección del Mister Handsome 2005, y me cuenta que aún no puede creer lo que vio: resulta que constató como unos cuantos periodistas "veteranos" y a uno que tiene su mismo apellido, cual "fans enamoradas", vueltas locas por tomarse una foto al lado de los "misters"... "¡qué mariquera tan patética y vergonzosa", me dijo la negra... "Ni las mujeres allí presentes se "partieron" como esos plumíferos", remató diciendo Candela...
Helga Tillo
La Voz

¿Queeeeeeee tal? Como confío en la agudeza de mis lectores, creo que no hace falta mencionar al periodista del que hacen concreta referencia en la nota, pero leyendo eso díganme si con unos antecedentes de semejante calibre no era de esperarse que tarde o temprano reventara un escándalo de este tipo en el Mr. Handsome. ¡Por Dios!

Como segundo punto, una urraquita me ha escrito a mi mail, y me ha contado que en la edición del jueves pasado de Ají Picante, el simpáticon de Luis Olavarrieta entrevistó a uno de los candidatos que quedó en el cuadro final del concurso de marras, conocido por llorar al ser premiado, y este le dijo que era cierto todo lo que se había publicado y que muchos de los candidatos tenían sus “‘maridos’” –cita textual del mail- en el concurso. ¡OMG!...¿Resentimiento de uno que no llegó de primero, o la más purita verdad de alguien que quiere salvar su pellejo y desligarse de tanta cosa fea? Yo no se, saquen uds sus propias conclusiones.

Últimas gráficas de los periodistas de el siglo en su lucha...


Y he aquí la última entrega de este reportaje fotográfico de los periodistas en su lucha, donde pudimos ver como se restearon los trabajadores de el siglo para recuperar su diario, y las manifestaciones de apoyo de otros sectores. Se que algunos reclaman alguna leyenda en las gráficas porque no están al tanto de quienes son los involucrados ni los sucesos que ocurren en las mismas, pero el problema es que yo ando igual, pero no desesperen amigos que siempre aparecerá algún anónimo a explicarnos todo con lujos de detalle, aunque me parece que estas corresponden a la intervención de los Organismos Oficiales. No crean que los tengo abandonados por no responder los comentarios, pero la verdad es que el tiempo no me alcanza para nada, sin embargo siempre leo todo lo que escriben. Como abreboca les cuento que para la próxima semana les tengo un par de fotografías con dos personajillos más o menos conocidos, que sin duda ayudarán a explicar por qué este caso se ha llevado como se ha llevado....¡No se la pierdan!...








Hector Peña: "Las mujeres...están DESATADÍSIMAS"...¿Cuánt@s le caerán encima?


"Mire Luz Clarita, deje las aguas como están…aproveche que están mansas y no esté revolviéndolas por allí mija” es lo que me dice la abuela Farol cuando le comento de esta entrada, y aunque me gustaría seguir su sabio consejo, no puedo aguantar las ganas de escribir esto.

El domingo de hace dos semanas en El Nacional el enfant terrible de la TV, el señor de la noche y rumba, el que algunos osan de calificar como el Brad Pitt venezolano (¡sueña niño!), el “mira chamo qué fue” de RCTV, ha sido entrevistado por Alexis Correia y ha dado unas declaraciones muy parecidas a las de cierto entrevistado que hace muy poco tuve, y por las que casi me condenan a la hoguera eterna. ¿Qué dijo Hector Peña? Lean:

“Las mujeres, no es por nada, están desatadísimas”

“La caballerosidad se ha perdido. La misma mujer viene y te dice: 'Soy tuya'.”

“Tú terminas con tu novia y viene una y se te regala, la otra también, y la otra, y la otra”

"Te voy a decir una cosa: conseguir una mujer ahorita es fácil. Lo difícil es conseguirla seria”


Y digo yo, ¿cuántos le caerán encima al Peña por decir lo que ha dicho?¿O le caerán encima a Alexis Coreia por preguntar si “¿Asusta ver lo desatadas que están las mujeres?”? o mejor aún: ¿hasta cuando piensan ocultar lo que está a la vista de todos?...Las dejo en el aire.

Venevisión se quitó la careta: Salen de Fabiola porque tiene dignidad de sobra



¡Ja! La verdad es que el tiempo es un aliado infalible, pero más que eso es sabio y te permite ver cuando estás equivocada o cuando estás acertada. En esta oportunidad ha sido el tiempo el que me ha confirmado que cuando el 27 de mayo tomé la irrevocable decisión de no ver más Venevisión, no estaba equivocada, todo lo contrario, más acertada que nunca.

El historial, o mejor dicho, el prontuario de este canal, comentado con anterioridad en este blog, ya raya en lo asqueroso, y aunque en un principio había quien se atreviera a decir que podrían ser exageraciones de una vieja fanática de RCTV (saben que lo pensaron alguna vez), creo que ya nadie puede poner en duda que Venevisión es un canal moralmente insolvente, donde la palabra ética ha desaparecido por completo, y cuyo servilismo es nauseabundo.

Para muestra el botón del despido de Fabiola Colmenarez, confirmado por ella misma en Buenas Noches, a pesar del “desmentido” de Venevisión -"no aceptamos que se quiera vincular su exclusión del nuevo proyecto dramático a su posición política" dijo un don nadie de La Colina que ilusamente pretende tener más credibilidad que la Colmenarez-. ¿Su pecado? Haber defendido sus principios, contrarios a los intereses económicos de Don Corleone Cisneros, el capo de la colina; y haber asistido a una sesión de debates en el Teresa Carreño junto a Amanda Gutierres otrora actriz consentida de ese canal, que ¡oh casualidad!, ya hace tiempo que no labora allí, y junto a esos valientes y corajudos estudiantes que ayer rompieron el cerco policial que les impusieron y le gritaron al mundo que ellos llegan a donde tienen que llegar, y no a donde le imponen llegar


Bastó y sobró eso para que Fabiola saliera de Venevisión, sin contrato y sin toda la plata que le pagarían, pero eso sí, con la frente y la dignidad bien en alto. Con la misma dignidad con la que RCTV salió del aire por no venderse; con la misma dignidad con la que ayer marcharon los estudiantes; con la misma dignidad que tuvo Castillo Lara; con la misma dignidad con la que los trabajadores de el siglo luchan; y con la misma dignidad que conservamos todavía algunos venezolanos que somos fieles a los que nos inculcaron desde pequeños, y no nos vendemos.

Porque a fin de cuentas no es un asunto de plata ni de intereses: es un asunto de principios. De eso que no se compra ni se vende; de eso que las personas decentes jamás negociamos; de eso que nunca tendrá Venevisión, canal que por cierto jura ser Venezuela -"Somos Venezuela, somos Venevisión" es o fue su slogan hasta la última vez que lo vi- cuando lo que es, es una vergüenza para la Venezuela decente que no se deja comprar por plata.

Y no saben cuanta compasión -por no decir lástima, ya que suena feo e inapropiado- siento por aquellos venezolanos rectos que les toca trabajar allá ya que no les queda otro remedio. ¡Qué difícil debe ser estar en una madriguera sin ser rata! Por no hablar de aquellos que recién salen de RCTV para entrar en Venevisión. Serán ellos testigos de excepción del grandísimo contraste que hay entre el bien y el mal, entre el blanco y negro, entre la decencia y la inmoralidad, entre los valores y los antivalores, entre la verdad y la mentira, entre ser dignos y arrastrados. Es algo que no se ve, pero se siente en el ambiente, y cómo pesa.


A la final todo se reduce a números, y no pareciera ser casualidad que RCTV fuera el 2 y Venevisión el 4, porque como bien dice la imagen: “los cobardes se ponen en 4 y los valientes mueren en 2”, cosa harto comprobada en la historia de la TV venezolana, y también peruana por cierto.

Para Fabiola Colmenares todo nuestro respeto, ya que sin duda ser botado de Venevisión, lejos de ser motivo de vergüenza lo es de orgullo, y si es por defender sus ideales, aún más. Y para todos aquellos que lamentablemente trabajan allá, el mensaje es que no se dejen amedrentar, no se dejen amilanar, y que no permitan que esa sucia atmósfera que se respira en La Colina de Don Corleone Cisneros, los envuelva y los haga perder lo más grande que tienen: su dignidad

...y siguen las protestas en el siglo


La solidaridad se hace presente, surgen manifestaciones espontáneas de apoyo, y la lucha sigue en el siglo. Se aumenta el ánimo, aunque le fin sea por todos conocidos. Esta es pues, la tercera entrega del reportaje gráfico donde mostramos las protestas a favor de el siglo, de parte de sus trabajadores y trabajadores de otras empresas. ¡Qué hablen!















Últimas palabras sobre el Cardenal Castillo Lara


Ya para ponerle punto y final a este simbólico luto bloguero, y más allá de eso personal y espiritual que nos dejó la triste partida de Su Eminencia Monseñor Rosalio Cardenal Castillo Lara, pasamos a hacer algunos breves comentarios sobre su entierro en Güiripa y recordar la homilía valientemente leída en la procesión de la Divina Pastora.

Según reseña de El Nacional el entierro se llevó a cabo a la 1:30 de la tarde en una calurosa, asoleada y sobretodo abarrotada Güiripa, pueblo que por cierto no he tenido el honor de conocer, pero que ahora será destino obligado de un próximo viaje. El santuario de Maria Auxiliadora, única iglesia del pueblo construida hace años por familiares del Cardenal fue donde se oficiaron las misas que precederían al entierro. Allá acudió en pleno todo el pueblo católico de Güiripa para despedir al hombre que los llenó de orgullo, que nunca los olvidó, y que tanto los ayudó. Las muestras de agradecimiento por toda su obra eran el común denominador de las respuestas de todos los entrevistados, que sin duda recordarán con mucho cariño a Su Eminencia, por toda su obra realizada allá, y por todo el amor que le profesó a su tierra, ya que pudiendo ser enterrado con honores en El Vaticano, quiso que sus restos permanecieran en la tierra que lo vio nacer, junto a su gente. Gente a la que aconsejaba todos los domingo en misa de 12 cuando daba la homilía, y gente que durante una emotiva procesión por la calles del pueblo lo acompañó a su última morada, mientras repicaban las campanas de la iglesia.


Enterrado bajo las notas del himno nacional, y con el amor de cientos de almas que vemos en él todo un ejemplo a seguir, Rosalio José Castillo Lara está en el cielo, y desde acá le pedimos que no nos olvide. Queda de nuestra parte demostrarle que su lucha no fue en vano, y que sus palabras si tocaron el corazón de este pueblo noble y bueno que tanto quiso. Mi compromiso Cardenal es no defraudarlo, y haré lo que esté a mi alcance para que así sea. ¡Adiós Rosalio, descansa en paz!

PDTA1: En este link se encuentra la sabia homilía que leyó Su Eminencia en la procesión de la Divina Pastora. Recomiendo que se lea pausadamente para ver luz a través de sus palabras.

PDTA2: Hoy no sale lunes de el siglo, será mañana, es decir, martes de el siglo.









El Cardenal se nos va, pero nos deja un enorme legado

Hoy ya fue enterrado Monseñor Rosalio Cardenal Castillo Lara, y aunque me moría por agarrar un bus y partir directo a San Casimiro, las responsabilidades familiares y laborales pesaron más, así que no me quedó otra sino ver algunos fragmentos por la TV y entre descansito y descansito orar por Su Eminencia, ya que aunque de cuerpo estaba en Caracas, mi mente y mi espíritu estaba allá en Güiripa, en el humilde, y no por eso menos importante, Santuario de María Auxiliadora donde fue inhumado.

Termina así la existencia de uno de los hombres más grandes de nuestro tiempo, que le demostró al mundo como con esfuerzo y estudio se puede llegar tan lejos como se quiera y se desee, sin importar de donde venga uno. Porque díganme uds, ¿quién iba a pensar que de aquél caserío rural y casi inexistente que era la Güiripa de 1, podía salir un Cardenal de la Iglesia, que gobernara El Vaticano y fuera redactor del Código de Derecho Canónico, ah? Y eso lo logró Castillo Lara, que no llegó a Papa porque ya no era Cardenal Elegible en el último cónclave, a punta de esfuerzo, trabajo y estudio, de la forma en la que la gente decente y honrada llega lejos y alcanza sus metas.

Lamentablemente ya no lo podremos ver ni escuchar más, vivirá en el recuerdo de todo un país que en estas horas aciagas se ve tan necesitado de gente valiente como él que en algún momento representó una luz de esperanza al final de este horrible túnel en el que estamos sumergidos. Le deja a la Santa Iglesia Católica un inmenso legado, donde a mi juicio lo más importante es el Código de Derecho Canónico; le deja a los Cardenales el Palacio de Santa Marta; a los habitantes de Güiripa un sin fin de obras que ayudaron a los pobladores más que gobierno alguno; y a todos los venezolanos un ejemplo de lucha, amén de un enorme orgullo por sabernos nacidos en el mismo país de este hombre, y la inmensa satisfacción de haberlo conocido.


Me sorprendió gratamente el excelente trabajo del diario 2001 que hoy sencillamente se botó con una edición diría yo que de lujo, en la que aparece un extenso reportaje acerca de Su Eminencia escrito por una de las voces más autorizadas para hablar de la Iglesia Católica Venezolana como la de el Curita José Visconti, ex seminarista y ex director del desaparecido diario La Religión otrora decano de la prensa venezolana.


También dedicaron íntegramente la última página de su primer cuerpo a una foto tamaño gigante de Su Eminencia titulada “Rosalio Castillo Lara Pastor del pueblo libre” con un texto muy bonito redactado también por Visconti.


Rematando con una excelente crónica del veterano Ricardo Matheus, acerca de la misa de ayer cuyo titular es más que elocuente:


Veremos si mañana escribimos un poco acerca del entierro…¡Honor a quien honor merece!

"Venezuela ha perdido un gran hijo, pero ha ganado un valioso intercesor ante el señor", crónica de mi adiós a Castillo Lara

Desde el mismo momento en que me enteré de su muerte yo sentí que no podía permitirme no despedir al Cardenal Castillo Lara. Lamentablemente ni el martes ni el miércoles tuve oportunidad de acercarme al templo de Don Bosco, así que hoy, permiso mediante, me fui a las 11:30 para acudir a la misa. Salí del metro en Plaza Altamira y tomé una camionetita hasta el templo; al llegar había en la plaza que queda por la iglesia había una inmensa cola que según la señora que estaba delante de mi, era para ver al Cardenal. Mientras la hacía la cola pude ver entre los asistentes al brevísimo ex–presidente Octavio Lepage con su esposa, muy bien conservados ambos. Se comenzaban a escuchar por los parlantes las primeras palabras de la ceremonia, en las cuales se hizo un recorrido biográfico por la vida de Su Eminencia, contando todas las grandes obras que mientras vivió hizo este pastor de almas, y de su inmenso aporte a la Santa Iglesia Católica. ¡Grande fue Castillo Lara!

La cola avanzaba y cuando todo parecía indicar que veríamos al Cardenal un Poli-Chacao nos rompió las esperanzas, diciéndonos que ya en el templo no cabía un alma más, y que escucháramos la misa en las afueras de la Iglesia donde habían instalados cornetas. No nos dolió tanto el hecho de no poder entrar al templo y tener que escuchar la misa bajo el fuerte sol de esa hora ya que a fin de cuentas para despedir a Su Eminencia bien valía la pena cualquier sacrificio; nos dolió que al concluir la ceremonia el ataúd sería cerrado y trasladado a San Casimiro, por lo que no podríamos verlo por última vez. Me queda eso en el alma.

Escuché atentamente la ceremonia oficiada por el Legado Papal, Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo, con presencia de Monseñor Jorge Cardenal Urosa Sabino, Monseñor Ubaldo Santanta, el Excelentísimo Nuncio Apostólico Monseñor Jacinto Berloco; Monseñor Baltazar Porras, y otros miembros de la Santa Iglesia Católica Venezolana. No tenía mucha vista para los adentros del templo, pero de lo poco que veía, notaba que todos los oficiantes usaban mitras blancas, lo que nos hablaba de la solemnidad del evento.


La homilía del Cardenal López Rodríguez estuvo muy bonita ya que habló acerca de todo lo que vivió junto al Cardenal y dijo que si había algo que nunca olvidará era que Rosalio José defendía con gran pasión todas sus creencias e ideales, y por ellos luchaba con ahínco, cosa que nos ratifica lo que ya sabíamos: era un hombre de principios. Tuvo la homilía una frase de antología, que nos terminó de aguar el guarapo a quienes estábamos llorosos desde hace tiempo, e hizo que la misa se interrumpiera por unos minutos debido a los sonoros y continuos aplausos de la multitud, “Venezuela ha perdido un gran hijo, pero ha ganado un valioso intercesor ante El Señor”. ¡Sabias palabras!

Después de la homilía, y acaso simbólicamente, una leve garúa cual llanto celestial cayó sobre nosotros, y sirvió para mitigar un poco los estragos del sol. Rezamos el Padrenuestro agarrados de manos, nos dimos la paz, comulgamos, lloramos y nos deleitamos con la melodiosa y casi celestial voz de Cristian Pernía, el muchacho que cantaba todos los domingos en misa de 12 allá, que cantó esa preciosa canción llamada “La Muerte no es el Final” de la que me permito traer la siguiente estrofa:

Cuando la pena nos alcanza,
por un hermano perdido.
Cuando el adiós dolorido,
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos
con la certeza que Tú:
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.



Llegada la parte final de la ceremonia, cuando se hacen los anuncios pertinentes y se da la bendición, Su Eminencia hizo un anuncio que nos llegó de alegría a todos los que estábamos afuera, diciendo que luego de que cada uno de los Ministros se despidiera del Cardenal Castillo Lara, el ataúd cerrado saldría a hombros de 24 sacerdotes por la entrada principal del templo y haría un recorrido por las afueras del mismo, para luego volver a entrar, lo que significaba que de uno u otro modo tendríamos la oportunidad de despedirnos de él.

Mientras los sacerdotes le daban el último adiós, Poli-Chacao nos ordenaba a los allí presentes de modo que no se presentara ningún inconveniente a la hora de sacarlo en procesión. También aparecieron los fotógrafos de los diarios y varios camarógrafos para registrar ese momento; mientras, yo hacía lo propio y sacaba el celular para tomar alguna foto, pero vano intento ya que como suele suceder conmigo, el llanto hizo que todo se me olvidara.


No más al escuchar los estruendosos aplausos que salían de la iglesia a medida que el féretro de Su Eminencia pasaba bastó para que me olvidara de celular y de todo y comenzara a llorar y a aplaudir también. Es que a mi hay gestos que me conmueven mucho y de una me llegan al alma y hacen que llore. Ser testigo de cómo el pueblo al que tanto quiso, al que tanto defendió, por el que tanto luchó, le reconocía su esfuerzo y lo aplaudía a su paso, como solo se le aplaude a los grandes, es algo que quedará grabado en mi memoria, y me conmoverá por siempre.

Entre lágrima y lagrima el sonido de los aplausos se hacía cada vez más cercano lo que indicaba que de un momento a otro el ataúd del Cardenal saldría la calle. Afuera ya el llanto era algo común entre todos los presentes, porque el momento era más que emotivo. Salió el ataúd y por estar de primera en entre la muchedumbre tuve la dicha de tocarlo y persignarme, en lo que constituiría el último adiós de mi parte a Castillo Lara. Lo aplaudí como si el mundo se acabara en esos aplausos, mientras otras personas le lanzaban flores o agitaban pañuelos blancos en señal de despedida.


Cuando iba por la mitad del trayecto comenzaron a gritar “¡valiente, valiente!” y yo aunque hubiera querido dejar mi garganta en reconociendo el coraje y valentía de este gran hombre, simplemente no pude porque a lo único que atinaba era llorar y aplaudir; y más en ese momento cuando lo que veía era la despedida de uno de los pocos HOMBRES DE HONOR (así, en mayúscula) que ha tenido el país.

Cuando el féretro entraba de vuelta al templo, comenzaron a sonar las notas del Himno Nacional y puedo jurar que no hubo alma en ese templo lo suficientemente fuerte como para resistirse a botar alguna lagrima en ese momento. Porque despedíamos en grande, con el “Gloria al Bravo pueblo que el yugo lanzó”, a un hombre que fue digno representante del bravo pueblo, que dejó todos los lujos y comodidades de su gobernada Roma y se vino a Venezuela a vivir y luchar como uno más, contra aquello que sus principios le decían era incorrecto.

Alzó la voz cuando lo creyó necesario y no tuvo miedo de decir lo que pensaba, aunque por ello tuviera que pagar la nauseabunda campaña de insultos e infamia que sobre el vertieron esos no menos nauseabundos seres cuya pobre razón de vida es alabar al Presidente Chávez. Campaña que por cierto poco hizo en su contra, porque el respeto así como se gana con hechos y no palabras, también se pierde con hechos y no con palabritas truculentas y mal redactadas en laboratorios de guerra sucia.

No le fueron rendidos por parte del Gobierno Nacional los honores que merecía, pero eso poco importa porque el hecho de que el Himno Nacional no sonara a caletre y canción repetida cuando se entonó en su presencia, sino que dieran ganas de cantarlo más alto a pesar del llanto, es el mayor honor que podía haber recibido. Hay gestos que hablan por si solos, y esos aplausos, esos gritos, esa tristeza, y esas lágrimas, sirvieron para gritarle al mundo que Rosalio José Castillo Lara fue uno de los hombres más grandes de los últimos tiempos, tanto para la Santa Iglesia Católica como para Venezuela.

-Dale Señor el descanso eterno
-Y que brille para el la luz perpetua.
-Descanse en paz
-Amén.

A MIS LECTORES: Estamos de luto


Debido al lamentable fallecimiento de Su Eminencia Monseñor Rosalio Cardenal Castillo Lara acaecido este martes 16 de Octubre, considero que en respeto a su memoria y a su grandeza no debo escribir acerca de otro tema mientras los actos velatorios se estén llevando a cabo y hasta que su cuerpo sea enterrado en su natal Güiripa. Por eso la continuación de la carta a Viviana Gibelli y la entrevista pautada para el viernes, no verán luz esta semana, y serán publicadas la que viene. En su lugar podrán encontrar algunos de sus últimos escritos y el texto íntegro de su polémica homilía en la Procesión de la Divina Pastora. Porque de verdad, hombres como Monseñor Rosalio Cardenal Castillo Lara no nacen ni se van todos los días. ¡Honor a quien honor merece!
Adjunto un impecable artículo de Rafael Del Naranco sobre Su Eminencia:
EL CARDENAL CORAJE

Fue la voz más contundente contra la autocracia, en unos momentos en que hasta el aire parece congelarse para no alzar su desespero contra el despotismo que va aplastando lo que aún queda de conciencia libre en Venezuela.

Si hubiera sido español, habría que decir sin pecata minuta "que los tenía más grandes que el caballo de Santiago". Su bravura marca un hito en estos últimos años para enfrentarse al régimen y sus desmanes.

Fue un venezolano con agallas y no tuvo ni un ápice de aprensión a la hora de decir las verdades que se tenían que gritar a los cuatro vientos y que hoy, ahora mismo, más de la mitad del país calla y se acobarda cual rancias y asustadas plañideras, ante tanto abuso impuesto por la voluntad de un solo hombre que no cesará hasta tener a Venezuela en su puño y estrujarla como claramente expresó en esos cuatro días de estancia en Cuba, tierra gobernada por un tirano y a la que Chávez considera parte integral de su anhelos autoritarios.

Nunca, jamás, asumió el miedo ni menguó su actitud decidida ante las amenazas, y eso, en una nación rodeada de matones y espalderos, es, por decir lo menos, admirable. El régimen sentía pánico de sus palabras. Era solamente un anciano y todo un gobierno le temía.

Lo repetía hasta el cansancio, pues sabía que la indiferencia es el mal de los pueblos perdidos: "El gobierno elegido democráticamente ha perdido su rumbo y presenta visos de dictadura, donde todos los poderes están prácticamente en manos de una sola persona que los ejerce arbitraria y despóticamente; no para procurar el mayor bien de la nación, sino para un torcido y anacrónico proyecto político: el de implantar un régimen desastroso como el que Fidel Castro, a costa de tantas vidas humanas y del progreso de su nación, ha impuesto a Cuba".

Y refería una realidad que se sobrelleva cada día: "El odio sembrado, tenaz e irresponsablemente, amenaza hacer de los venezolanos entre sí irreconciliables enemigos y llevará el enfrentamiento hasta en el seno mismo de las familias".

Eso está sucediendo de forma espeluznante. Somos dos países. La intolerancia presentada el lunes en el Teresa Carreño, un espacio cultural de la nación convertido en guarida del oficialismo, es una de las muchas pruebas fehacientes.

Hace semanas, Chávez acusó al purpurado de "bandido, pantomima, inmoral y golpista". En el gran libro de Dios quedarán esas palabras, y será el pueblo quien reconozca y ensalce la figura imperecedera del cardenal coraje.

¡Adios Cardenal Castillo Lara!...se va un grande entre los grandes

Desgraciadamente hoy me ha tomado por sorpresa la noticia de la muerte de Su Eminencia Monseñor Rosalio Cardenal Castillo Lara. De verdad no encuentro palabras para definir toda la grandeza de este hombre, que dejó todas las comodidades dell Vaticano para venirse a su tierra, donde lamentablemente se encontró con esta catástrofe llamada Hugo Chávez, contra la cual alzó su voz de protesta, enérgica, valiente, dura. Fue el Cardenal un hombre de principios, respetado por todos los que los conocimos, y a quien le dolía Venezuela como a pocos. Las calumnias e insultos que contra el vertieron las hienas de siempre, nunca pudieron opacar la imagen de ese hombre sabio y de fe que fue Su Eminencia. Se va un grande entre los grandes, ¡qué Dios lo tenga en su Gloria! Cardenal Castillo Lara, hoy doy gracias al cielo por haberme dado la dicha de conocerlo, y espero que su ejemplo de coraje, valentía y fe, sea seguido por todos los venezolanos amantes de la verdad y la libertad. Hoy nos deja, pero sus enseñanzas seguirán entre nosotros.

No puedo sino apelar al archivo para rescatar algunos de los momentos más emblemáticos de su lucha, que por siempre tendremos como referencia. He aquí el arquetipo de un gran hombre, he aquí alguna parte de la historia del Cardenal que se nos fue….Brille para el la luz perpetua, y descanse en paz…¡AMEN!