A LA OPINIÓN PÚBLICA
Los periodistas que laboramos en el Departamento de Información y Opinión de Venevisión, incluyendo redactores, reporteros, anclas, coordinadores y jefes manifestamos públicamente nuestro contundente rechazo a los injustificados ataques de los que hemos sido víctimas por formar parte de la familia de este canal.
A través de este comunicado queremos exigir respeto para todos los directivos, periodistas y demás trabajadores de Venevisión, quienes día a día hacemos el esfuerzo por cumplir con nuestro sagrado deber de informar de manera veraz, oportuna e imparcial como lo establece nuestro Código de Ética.
Estamos seguros que nuestra actitud delante y detrás de las cámaras, es apegada a nuestras convicciones, y la labor que aquí ejercemos está totalmente ajustada a los principios para los cuales fuimos formados como periodistas, dejando, como debe ser, que la decisión y el juicio lo hagan los televidentes y no nuestra posición personal.
Como comunicadores sociales, consideramos necesario difundir valores fundamentales de respeto, convivencia, paz, dialogo, unión y entendimiento entre todos los venezolanos. Las grandes guerras de la historia han llegado a su fin a través del diálogo.
En los noticieros del Canal 4 se reflejan todas las tendencias, colores y puntos de vista. Llegamos con nuestra señal a los rincones más apartados del país. Salimos a la calle y captamos la realidad en todas sus dimensiones. Si hay algo negativo lo transmitimos y si hay algo positivo también los informamos porque ese es nuestro deber.
Desde hace décadas, los espacios informativos de Venevisión han ocupado un lugar preferencial en la audiencia del público venezolano. Esa realidad, ese hecho palpable no lo pueden cambiar quienes realizan ataques injustos, e irracionales contra este, el canal más visto de Venezuela.
Por lo tanto, no aceptamos que se pretenda dañar la imagen de una planta de televisión que durante casi medio siglo, ha llevado alegría, entretenimiento, recreación, educación e información a millones de venezolanos.
Como trabajadores, como padres y madres de familia, como seres humanos que vivimos y amamos a Venezuela, exigimos respeto a nuestra dignidad y les decimos a quienes encabezan campañas contra nosotros, que este país nos duele a todos y debemos ser responsables.
La audiencia se conquista con talento, creatividad y excelencia y no con generación de climas hostiles y ataques injustificados.
Reiteramos que históricamente, Venevisión con su talento artístico, profesional, técnico, productores, realizadores, creativos, escritores, personal de operaciones, en fin, esta GRAN FAMILIA, se mantiene unida conquistando el cariño, aceptación y preferencia del público, lazo difícil de romper.
Los comunicadores sociales de este canal llevamos con orgullo el micrófono de Venevisión en nuestras manos. Sentimos satisfacción de cumplir con nuestro deber social de informar a la población con equilibrio. Y hoy estamos todos unidos frente a lo que consideramos ataques injustos. UNIDOS PARA EXIGIR RESPETO.
Para finalizar citamos un fragmento del Artículo 17 del Código de Ética del periodista Venezolano: “El Periodista debe luchar por un ambiente comunicacional sano en el sentido de lograr equilibrio en los mensajes”. Dejamos claro que nuestra actuación esta apegada a ese lineamiento ético.
ACLARAMOS que no nos ocultamos bajo el anonimato ni a través de medios electrónicos. Damos la cara para defender nuestros PRINCIPIOS ETICOS Y MORALES
Conscientes de la profunda necesidad de entendimiento que hay en Venezuela, seguiremos en nuestro empeño por generar espacios para el reencuentro.
Que los “orgullosísimos” periodistas de Venevisión no sepan puntuar; que separen sujeto y predicado con coma; que sean viciosos practicantes del queísmo; que no conozcan la concordancia de número (“si hay algo negativo LO transmitimos…si hay algo positivo LOS informamos”); que no sepan manejar los tiempos verbales (“históricamente, Venevision (…) SE MANTIENE unida”, en lugar de SE HA MANTENIDO); y que crean que las mayúsculas no se acentúan son las muestras inequívocas de que la decadencia del staff periodístico de La Colina no es sólo ética sino también gramática, sintáctica y ortográfica.
Se nota que los del orgullosísimo staff hace tiempo que no redactan y escriben, sino que transcriben. Toman dictado y punto. Lo que les digan, tal cual, lo ponen y sanseacabó. De allí que de los cincuenta y cuatro firmantes, repito y en número para que sea captado en toda su dimensión, de los 54 firmantes no hubiera siquiera uno que notara y corrigiera los errores y horrores del comunicado. Y si lo hubo, bueno, a lo de siempre: firmar sin peros, que lo que papito Cisneros manda es “santa palabra”.
No hubiese querido perder líneas en ellos, pero la verdad es que no me podía quedar callada. Porque si hay algo inaceptable es que los periodistas de título y repetidores de oficio que conforman el orgullosísimo e iletrado staff de Venevisión pretendan dar lecciones de ética.
Unos señores que han asumido el periodismo no como un apostolado en pro de la verdad sino como el medio fácil y rápido para llenar sus cuentas corrientes callando lo que otros quieren que callen y actuando como se les pide que actúen, ¿de qué ética van a hablar?
Por ejemplo Anna Vacarella, una mujer que bien hubiera podido inspirar a Stevenson a escribir “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, que en la radio es una periodistas crítica del gobierno y en la televisión una simple lectora del endulzado teleprompter que tan feliz hace a Cisneros, que en la mañana dice y al mediodía se desdice, ¿de qué respeto puede hablar? ¿Del respeto a llenarse los bolsillos como sea, que tanto mientan narcos y meretrices? ¿Del respeto a la incoherencia?
O Eduardo Rodríguez Giolitti, bautizado en este blog como “Mimosín” dada su cariñosa y sospechosa tendencia a ser más blando que el osito con todo el mundo, ¿de qué principios va a hablar? ¿Del de pelarles los dientes a los entrevistados y reírles sin ganas los chistes? ¿Del de complacer a todo aquel que se siente en la silla de enfrente? ¿Del legítimo principio a ser la sumisa geisha de “La entrevista meridiana”?
¿Y qué decir de Manuel Sainz? Ancla de Venevisión ya en los turbulentos tiempos del 2002, el hombre que le presentó al país el famoso vídeo de los “pistoleros de Llaguno”, ¿cómo puede salir ahora a hablar de dignidad cuando todo el país lo ha visto bailar como negrita de carnaval al son que le tocan los jefes y cambiarse el traje azul por el rojo y luego por el “morado-moderado”? ¿Principios, independencia, valores? ¡Los del bolsillo!
Que estos rostros y voces de alquiler se paren indignados a exigir respeto, cual si fueran gente decente, es digno de Kafka. Se creen humanos y no se han dado cuenta que son simples blatodeos. La fiebre les ha subido tanto que ya deliran. La Vacarella alucina con que es la Verónica Guerin criolla, Eduardo Rodríguez cree verse en cámara como el Ed Murrow sin nicotina de estos tiempos, y el resto del staff jura que está trabajando para El Espectador de Fidel Cano. Pero no son sino delirios, ya que en realidad Anita hubiese sido la primera en dudar del tiro en la pierna de Guerin, Eduardito “Mimosín” después de un chistesito le hubiese respondido “sí-señor-cómo-no” a todo lo que McCarthy le dijera, y el resto del staff hubiese endiosado y glorificado a Pablo Escobar.
Por mí que los orgullosísimos sigan en lo suyo. Que boten de su pecho espuma cuando tengan el micrófono con la V de vendidos. Que alucinen y deliren con que son el non-plus-ultra del periodismo nacional, continental y mosca si mundial. Que hagan todo eso y más. Pero que lo hagan dentro de su canal, entre ellos y en privado, y que no salgan con poses de falsos mártires a exigir un respeto que no merecen y a dar lecciones de una ética y una dignidad que no tienen.
Sigan presumiendo, que mientras más lo hacen se nota de qué carecen.