Se acerca el fin de Mi Prima Ciela...¿qué pasará?

Apuestas por aquí y apuestas por allá, todo el mundo opina, pero nadie tiene la certeza. Se está convirtiendo en nuestro Harry Potter particular, ¿se muere Graciela en el último capítulo? Sólo nuestra Pilar Romero, la versión dulce y tropical de J. K Rowling lo sabe. Mientras, todo el mundo opina, y ya hay quien da versiones en las que particularmente no creo, no por imposibles, sino por la fuente.

Al leer hace años “La Celestina Mecánica” de la profe Colomina, una de las respuestas que me dejó anonadada y no se borró de mi mente, sobre el por qué las personas preferían las tele-novelas a las radio-novelas, fue porque con las primeras “se sufría más”. Es decir que alguna parte de la población ve las novelas para sufrir, cosa que explica muy bien el por qué Delia Fiallo tuvo el éxito que tuvo, y por qué Arquímedes Rivero está donde está con los retorcidos culebreros de Miami. A la gente le gusta el dolor y verlo reflejado en la pantalla les da cierto consuelo ya que no sufren solos, sino que lo hacen junto con todos los demás personajes de la telenovela. Venezuela sufre, pero sufre con Graciela y toda la familia Ávila. Venezuela no está sola en su dolor, la muchacha bonita y buena de las 9 también sufre y se siente mal. Sufrimos todos, nos consolamos todos y así sobrellevamos la carga. Extraña psicología novelera.

Mi Prima Ciela se ha caracterizado precisamente por ser una novela humana y realista. Salvo algunas extrañas luces y apariciones de “la ciela”, la novela ha sido verosímil, y los personajes bastante creíbles. Muy poco de estereotipo, de ceja levantada, de ricos y pobres, y mucho de familia, de unión, de amor y de Dios. Al verla uno se la cree completita porque se parece mucho a la vida cotidiana, y precisamente ese es el problema de la muerte de Graciela.

De morir Graciela el mensaje sería, aunque desmoralizante, muy realista y muy acorde con lo que nos ha enseñado la novela y muchas veces la vida. De quedar viva, su final sería el de la típica novela donde todo el mundo termina feliz. Cuando escribo esto me recuerdo de una canción de Julieta Venegas que dice: “Estoy tan cansada de las canciones de amor, siempre hablan de un final feliz, bien sabemos que la vida, nunca funciona así”. ¿Corre este riesgo Mi Prima Ciela? Depende del manejo que le den a la trama, porque bien podría quedar viva sin ser necesariamente el final perfecto e increible de siempre.

Una papa bien caliente la que tiene Pilar Romero en sus manos, sin embargo no dudamos de su capacidad para escribir un final digno, sea cual sea la decisión que tome. Mientras tanto, seguimos comiéndonos las uñas pensando en cómo terminará la novela, cosa que no sucedía desde hace mucho tiempo, ya que todas las novelas se habían vuelto más que predecibles… Lástima que la mayoría de los venezolanos no pueda disfrutar esto, porque “el demócrata” Chávez cerró RCTV.