Y para terminar con éste apartado, ahora voy a hablar con los dos nuevos tíos de la familia Avila...
Primero usted, Sr. Arquitecto Federico del Carmen Muñoz (Con todo respeto, Doña Aurelia, usted se pasó con ese nombrecito a su hijo, ¿eh?) jejejejejejejejejejejejejejejeje...
De verdad, usted ha sido para mí una cosa así como, digamos... Un seductor cómico estilo Homero Addams y por eso lo rebauticé como tal, jejejejejejejejejejejejeje...
Sí, usted representa -por una parte- esa vieja casta de hombre de mundo tan viajado, tan elegante, tan estudiado, tan glamoroso (o glamouroso, como lo dirían en España) o, ¿por qué no decirlo? tan europeo, pues...
Y que conste que no lo digo en un tono peyorativo, todo lo contrario...
Estoy seguro que muchas de ustedes, chicas, estarían locas por dejarse seducir un hombre así... Muy estilo “Galán de película de los años 40” (que hoy en día es tan difícil de conseguir, por cierto)... Aunque claro, con 35 años y 20 kilos menos, ¿verdad? jejejejejejejejejejejejejejejeje...
Y con respecto a la relación con Ileana (antes y después de Cristóbal), la verdad a estas alturas ya no soy capaz de juzgarlo, aunque siempre he dicho que por qué tanto usted como “ese muchachito” -como usted llamaba al hoy marido de Julia- no hicieron lo mismo que Bruce Willis y Ashton Kutcher: Tener una relación cordial y respetuosa y, ¿por qué no? de buenos amigos y, aparte, nos quedaremos con la duda de que si al final usted regresó con Ileana o sólo viven “en unión libre” (qué frase tan poética, definitivamente, como dirían en México)... Y para horror de Sor Pipiola, por cierto...
Y bueno... Espero (si llego a terminar mis estudios de Arquitectura) alguna vez trabajar con usted, Sr. Homero y, aparte, probar su famoso cuscús junto al conejo al salmorejo del Dr. Silva -y si me gusta, le prometo que les pediré la receta- y un vino de los que usted siempre trae bajo el brazo... jejejejejejejejejeje... Y mejor aún: En su piso de la Gran Vía madrileña, ¿vale?
Y con respecto a usted, Dr. Ignacio Salvador Silva, quien fue junto con los Doctores Papp y Babble el artífice del mayor milagro de esta historia que fue el de poder curar a Graciela de su aplasia medular (Cosa que, infelizmente no se pudo hacer en “Elizabeth”... Por cierto, cómo se ve que en 1981 no se hablaba de eso que llaman “Células Madre”, “Pruebas de ADN” o “Sueros Magistrales”, ¿verdad, muchach@s?)... ¿Qué le puedo decir yo a usted?
En un principio le confieso que, cuando nos enteramos que iba a entrar en esta historia, teníamos muchísimas expectativas sobre quién carambas sería usted, por el hecho de que en su juventud fue el novio de Arminda, e incluso recuerdo que yo hasta “convoqué” a todos los médicos de ficción (o sea, el Dr. Kildare, el Dr. Bombay, el Dr. Crimson, el Dr. House, los Drs. Troy y McNamara, el Dr. Chapatín... y un largo etcétera) para que lo “ayudaran” en su cura a Graciela, hasta el día que ¡por fin! lo conocimos...
Y para serle sincero, le confieso que mi primera impresión fue la de que era un científico loco, jejeje... O, mejor dicho: Un científico despistadísimo... Y lo digo con todo respeto, ¿sabe? Aunque, la verdad, ahora entiendo todas las agotadoras jornadas de trabajo que tiene para quedarse dormido en cualquier lugar, jejejejejejejejejejejeje...
De verdad, y ahora lo digo totalmente en serio, usted también ha sabido ganarse nuestro respeto como profesional.
Y, aparte, le confieso que no sé cómo aguantó a esa niñita traviesa que tuvo como paciente como lo fue Graciela. Yo siendo usted le hubiera dado un par de hostias (como dirían los españoles) cuando le dio por robar los sueros magistrales...
Aunque quizás, el único reproche que le haría a usted, fue la manera como le dijo a ella que no podía tener contacto con Democracia cuando se estaba recuperando de su segundo trasplante... Para serle sincero, esa escena me recordó a cierto personaje no muy querido por cierta gente acá en Venezuela...
Además, me gustó mucho que usted también terminara apreciando y aceptando eso que se llama El Poder de la Fe y la Oración, después que lamentablemente su finada hermana Nuria no lograra sobrevivir... y tampoco lo de la cardiopatía de Graciela...
:-(...
Y claro, lástima que también haya mucha gente (incluyéndome) que aún está tan desesperanzada con tantas cosas que están pasando... Pero por algo dicen que el tiempo de Dios es perfecto y que también Él sabe por qué hace las cosas, ¿no?
:-(...
Pero mejor no sigo hablando de ello, porque aún no he terminado con usted y tampoco quiero deshidratarme antes de tiempo, jejejejeje...
Y no se crea, por un lado también lamento que no le hayan nominado para el Premio Nobel de Medicina, pero también me alegro mucho que le dieran una mención honorífica en la Asociación Panamericana, si mal no recuerdo...
Y sin contar también tooooooodas las peripecias que usted vivió con Arminda, incluyendo cuando Sor Pipiola los sorprendió en paños menores hasta terminar en el tan esperado (y sorpresivo) “matrimonio express”, jejejejejejejejejejejeje...
Y, antes de despedirme, tengo un par de dudas: ¿Dónde compró usted los lentes que se sacan lateralmente y el sombrero que usó cuando se le declaró a Arminda y en la boda de Maite?
(De verdad estos accesorios han sido lo más fashion de ésta historia junto con la franela de gala de Chicharrón en el bodorrio de Silvia y las alpargatas de Maite en el casorio de Graciela, jejejejejejejejejejejejeje... ¿No lo creen, muchach@s?)
Ahora voy con ustedes, mis cuñiprimos sustitutos: el Chicharrón y el Zeus...
Mi compadrito Chicharrón... Sin proponértelo te convertiste, en mi opinión, en una de las grandes conciencias de ésta historia para aconsejarle a Rafael que se dejara de una buena vez de sus complejos de marginal y aprendiera a ser un verdadero hombre y no un orangután cavernícola...
De verdad admiro tu paciencia, brother, porque yo, aunque con los años he aprendido a ser tolerante y a ser más paciente con la gente, le daría su buen par de trancazos a Rafael a ver si de una buena vez entrara por el aro...
Y un humilde consejo para ti: Mejora tus técnicas de seducción para la próxima, porque después del ridículo que hiciste ante Maite y el recepcionista del motel cuando las brujiprim... ¡Perdón! las cuñiprimas te secuestraron (“¡Oh, my Gos!”, jejejejejejejejejejejejejejejejeje...), con razón Aleida nunca te paró, brother...
¡Mosca!, ¿Eh?
Y tú, Zeus... Aunque lamentablemente no te hayamos conocido mucho, de verdad hay que reconocer el gran apoyo que le brindaste a tu compadre Abel con lo de sus tormentosos romances con Fernanda y Maite y las broncas que tuvo en la Escuela de Música con Darío y el Dire Buitriago...
Además, me quedé sorprendido por el enorme virtuosismo que tienes con la guitarra... De verdad eres un músico talentosísimo...
Y, aparte, te voy a confesar algo, aquí entre tú y yo: ¡Qué lástima que Silvia no te conoció a ti primero antes que a Rafael!...
En serio, eras el tipo perfecto para ella (¿verdad, chicas?), peeeero...
Y lo peor es que, al final, al igual que el Chicharrón, tú te quedaste sin el chivo y sin el mecate (o sea, sin Jenny ni Tabatha, jejejejejeje)...
Pero, tranquilo: Tú para mí siempre serás el cuarto cuñiprimo de ésta historia, ¿OK?
Y yo mejor ya no te hablo más porque no quiero que Rafael, si se entera de esto, me ponga a 3 metros bajo tierra, jejejejejejejejejejejejejejejejeje...
Primero usted, Sr. Arquitecto Federico del Carmen Muñoz (Con todo respeto, Doña Aurelia, usted se pasó con ese nombrecito a su hijo, ¿eh?) jejejejejejejejejejejejejejejeje...
De verdad, usted ha sido para mí una cosa así como, digamos... Un seductor cómico estilo Homero Addams y por eso lo rebauticé como tal, jejejejejejejejejejejejeje...
Sí, usted representa -por una parte- esa vieja casta de hombre de mundo tan viajado, tan elegante, tan estudiado, tan glamoroso (o glamouroso, como lo dirían en España) o, ¿por qué no decirlo? tan europeo, pues...
Y que conste que no lo digo en un tono peyorativo, todo lo contrario...
Estoy seguro que muchas de ustedes, chicas, estarían locas por dejarse seducir un hombre así... Muy estilo “Galán de película de los años 40” (que hoy en día es tan difícil de conseguir, por cierto)... Aunque claro, con 35 años y 20 kilos menos, ¿verdad? jejejejejejejejejejejejejejejeje...
Y con respecto a la relación con Ileana (antes y después de Cristóbal), la verdad a estas alturas ya no soy capaz de juzgarlo, aunque siempre he dicho que por qué tanto usted como “ese muchachito” -como usted llamaba al hoy marido de Julia- no hicieron lo mismo que Bruce Willis y Ashton Kutcher: Tener una relación cordial y respetuosa y, ¿por qué no? de buenos amigos y, aparte, nos quedaremos con la duda de que si al final usted regresó con Ileana o sólo viven “en unión libre” (qué frase tan poética, definitivamente, como dirían en México)... Y para horror de Sor Pipiola, por cierto...
Y bueno... Espero (si llego a terminar mis estudios de Arquitectura) alguna vez trabajar con usted, Sr. Homero y, aparte, probar su famoso cuscús junto al conejo al salmorejo del Dr. Silva -y si me gusta, le prometo que les pediré la receta- y un vino de los que usted siempre trae bajo el brazo... jejejejejejejejejeje... Y mejor aún: En su piso de la Gran Vía madrileña, ¿vale?
Y con respecto a usted, Dr. Ignacio Salvador Silva, quien fue junto con los Doctores Papp y Babble el artífice del mayor milagro de esta historia que fue el de poder curar a Graciela de su aplasia medular (Cosa que, infelizmente no se pudo hacer en “Elizabeth”... Por cierto, cómo se ve que en 1981 no se hablaba de eso que llaman “Células Madre”, “Pruebas de ADN” o “Sueros Magistrales”, ¿verdad, muchach@s?)... ¿Qué le puedo decir yo a usted?
En un principio le confieso que, cuando nos enteramos que iba a entrar en esta historia, teníamos muchísimas expectativas sobre quién carambas sería usted, por el hecho de que en su juventud fue el novio de Arminda, e incluso recuerdo que yo hasta “convoqué” a todos los médicos de ficción (o sea, el Dr. Kildare, el Dr. Bombay, el Dr. Crimson, el Dr. House, los Drs. Troy y McNamara, el Dr. Chapatín... y un largo etcétera) para que lo “ayudaran” en su cura a Graciela, hasta el día que ¡por fin! lo conocimos...
Y para serle sincero, le confieso que mi primera impresión fue la de que era un científico loco, jejeje... O, mejor dicho: Un científico despistadísimo... Y lo digo con todo respeto, ¿sabe? Aunque, la verdad, ahora entiendo todas las agotadoras jornadas de trabajo que tiene para quedarse dormido en cualquier lugar, jejejejejejejejejejejeje...
De verdad, y ahora lo digo totalmente en serio, usted también ha sabido ganarse nuestro respeto como profesional.
Y, aparte, le confieso que no sé cómo aguantó a esa niñita traviesa que tuvo como paciente como lo fue Graciela. Yo siendo usted le hubiera dado un par de hostias (como dirían los españoles) cuando le dio por robar los sueros magistrales...
Aunque quizás, el único reproche que le haría a usted, fue la manera como le dijo a ella que no podía tener contacto con Democracia cuando se estaba recuperando de su segundo trasplante... Para serle sincero, esa escena me recordó a cierto personaje no muy querido por cierta gente acá en Venezuela...
Además, me gustó mucho que usted también terminara apreciando y aceptando eso que se llama El Poder de la Fe y la Oración, después que lamentablemente su finada hermana Nuria no lograra sobrevivir... y tampoco lo de la cardiopatía de Graciela...
:-(...
Y claro, lástima que también haya mucha gente (incluyéndome) que aún está tan desesperanzada con tantas cosas que están pasando... Pero por algo dicen que el tiempo de Dios es perfecto y que también Él sabe por qué hace las cosas, ¿no?
:-(...
Pero mejor no sigo hablando de ello, porque aún no he terminado con usted y tampoco quiero deshidratarme antes de tiempo, jejejejeje...
Y no se crea, por un lado también lamento que no le hayan nominado para el Premio Nobel de Medicina, pero también me alegro mucho que le dieran una mención honorífica en la Asociación Panamericana, si mal no recuerdo...
Y sin contar también tooooooodas las peripecias que usted vivió con Arminda, incluyendo cuando Sor Pipiola los sorprendió en paños menores hasta terminar en el tan esperado (y sorpresivo) “matrimonio express”, jejejejejejejejejejejeje...
Y, antes de despedirme, tengo un par de dudas: ¿Dónde compró usted los lentes que se sacan lateralmente y el sombrero que usó cuando se le declaró a Arminda y en la boda de Maite?
(De verdad estos accesorios han sido lo más fashion de ésta historia junto con la franela de gala de Chicharrón en el bodorrio de Silvia y las alpargatas de Maite en el casorio de Graciela, jejejejejejejejejejejejeje... ¿No lo creen, muchach@s?)
Ahora voy con ustedes, mis cuñiprimos sustitutos: el Chicharrón y el Zeus...
Mi compadrito Chicharrón... Sin proponértelo te convertiste, en mi opinión, en una de las grandes conciencias de ésta historia para aconsejarle a Rafael que se dejara de una buena vez de sus complejos de marginal y aprendiera a ser un verdadero hombre y no un orangután cavernícola...
De verdad admiro tu paciencia, brother, porque yo, aunque con los años he aprendido a ser tolerante y a ser más paciente con la gente, le daría su buen par de trancazos a Rafael a ver si de una buena vez entrara por el aro...
Y un humilde consejo para ti: Mejora tus técnicas de seducción para la próxima, porque después del ridículo que hiciste ante Maite y el recepcionista del motel cuando las brujiprim... ¡Perdón! las cuñiprimas te secuestraron (“¡Oh, my Gos!”, jejejejejejejejejejejejejejejejeje...), con razón Aleida nunca te paró, brother...
¡Mosca!, ¿Eh?
Y tú, Zeus... Aunque lamentablemente no te hayamos conocido mucho, de verdad hay que reconocer el gran apoyo que le brindaste a tu compadre Abel con lo de sus tormentosos romances con Fernanda y Maite y las broncas que tuvo en la Escuela de Música con Darío y el Dire Buitriago...
Además, me quedé sorprendido por el enorme virtuosismo que tienes con la guitarra... De verdad eres un músico talentosísimo...
Y, aparte, te voy a confesar algo, aquí entre tú y yo: ¡Qué lástima que Silvia no te conoció a ti primero antes que a Rafael!...
En serio, eras el tipo perfecto para ella (¿verdad, chicas?), peeeero...
Y lo peor es que, al final, al igual que el Chicharrón, tú te quedaste sin el chivo y sin el mecate (o sea, sin Jenny ni Tabatha, jejejejejeje)...
Pero, tranquilo: Tú para mí siempre serás el cuarto cuñiprimo de ésta historia, ¿OK?
Y yo mejor ya no te hablo más porque no quiero que Rafael, si se entera de esto, me ponga a 3 metros bajo tierra, jejejejejejejejejejejejejejejejeje...
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2 comments:
Por fin en que pelicula pornografica fue la que salio Gustavo Rodriguez? es verdad que es una pelicula gringa? que informacion tienes de eso? que pensaran los nietos?
por fin!!! me recordaba la tortura de shakira.
la próxima una carta más breve y que sea publicada dias despues de culminar la novela no 20 años despues.
la gerencia
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