Las fotos de los $ 14 millones...

El bello más bello de todos los bellos, con su bella familia

El día de ayer, ¡por fín!, aparecieron publicadas las primeras fotos de los mellizos de mi Brad con la Jolie, cuyo módico precio fue de $ 14 millones, los cuales -no podía ser casualidad- fueron pagados por las revistas People, ¡Hola!, y Hello!, de EE.UU, España e Inglaterra, respectivamente. Decíamos que no podía ser casualidad porque los anteriores países son “potencias del corazón”, donde ésta industria mueve miles de millones de $, y goza de tan buena salud que es capaz de pagar monstruosas cifras como estas por una exclusiva.

En las portadas podemos ver que tanto ¡Hola! como Hello! usan la misma imagen de portada, cosa que no ha de extrañar a nadie porque la británica es una filial de la española, mientras que People usa otra, más acertada a mi modo de ver, donde a los dichosos padres se les ve con un gesto mucho más amoroso y más tierno. En cuanto a los reportajes internos, los de People han dedicado 19 páginas al tema, mientras los de ¡Hola!/Hello! 17.

Ahora bien, creo que es justo poner el acento en el tema de las exclusivas y los pagos. En mis tiempos se decía que un periodista, bajo ningún concepto, debía pagar por la información. Sin embargo esta norma ha tendido a flexibilizarse e inclusive los puristas de antes optaron por decir que por documentos, fotos o material de ese estilo sí era válido pagar, más no por testimonios. Ese debate lleva años, pero, con o sin cambios, ahí estará siempre el refrán que reza: “Información pagada, información contaminada”.

Sin embargo en el mundo del “corazón” este fenónemo se ha estandarizado, y es que ha sido tanto el acoso y la persecución que paparazzis, agencias, revistas, programas y demás, montan sobre los artistas, que éstos, queriéndolo o no, han tenido que resignarse y tratar de hacer las cosas de la manera menos traumática posible.

La industria del corazón se ha vuelto tan poderosa en algunos países que sus personajes tienen que sincerarse consigo mismos y darse cuenta que es mentira que van a lograr tener hijos sin que nadie sepa, casarse en secreto o tener un affair clandestino. Bueno o malo, pero es así. De allí que lleguen a acuerdos con revistas y programas para vender y sacarle provecho a esa parte de su vida que de todos modos va a ser expuesta, ahora sí, bajo sus condiciones.

Es de todos modos un juego perverso donde resulta muy difícil determinar dónde comienzan y dónde terminan los intereses de los artistas, de los medios y del público. A veces se transforma todo en un circo, entretenido y colorido, pero circo al fín, del cual sólo se puede sacar como conclusión válida que no habrá nada más entretenido y más lucrativo que hurgar y revolver en la vida de todos aquellos que forman parte del “star system” y generan en el público admiración, fanatismo, odio o simple curiosidad. Si no, que lo digan los $ 14 millones de las fotos de Vivienne y Knox.

Imágen tomada de Turocola, donde podránn ver el resto.